miércoles, 10 de octubre de 2012

PRESENTACIÓN: Periodismo como insumo para una vigilancia de la corrupción


El proyecto Observatorio de la Corrupción Mexicana ú OCM, es el esfuerzo de un pequeño equipo de ciudadanos convencidos de que la falta de honestidad, la opacidad, y el nepotismo, son un aspecto que por décadas han caracterizado la vida pública y social del país, deteniendo su desarrollo democrático y económico.

Tan sólo en el 2010, los mexicanos pagaron 32,000 millones de pesos en sobornos, según un estudio de Transparencia Internacional basado en una encuesta aplicada a 15,000 hogares del país. De acuerdo a TI , además, el índice de corrupción nacional (basado en encuestas de expertos y empresas), identifica al sector público de México como entre los más corruptos del planeta, y de contar con niveles reprobatorios para controlar la corrupción, tanto en las esferas más bajas como las más altas del gobierno.

Ante la evidencia, el OCM nace con el propósito de dar un seguimiento constante a los reportes sobre corrupción que circulan en plataformas clave de la prensa nacional. Las motivaciones para hacerlo son a) hacer énfasis sobre los reportes de corrupción difundidos por los periódicos; b) generar un espacio en el que la corrupción sea señalada como una anomalía y; c) contribuir a la generación de una base de datos simple que ayude a contrarrestar la pérdida de visibilidad y accesibilidad que sufren las notas de prensa a medida que se convierten en archivo muerto.

Se piensa que la combinación de estas tres motivaciones llevan implícito un espíritu de rechazo a las instituciones y sujetos que de forma cotidiana traicionan a la ciudadanía. Hay algunas breves consideraciones que pueden hacerse hasta el momento en relación a este proyecto de resistencia. El primer tiene que ver con que OCM ve en los reportes de prensa sobre corrupción un insumo clave que de forma constante pone en evidencia las fechorías de la clase política del país, y que por lo tanto debe aprovecharse como parte del limitado arsenal con que contamos la ciudadanía para decirle a los funcionarios: “Te estamos observando, lo que haces es ilegal y debe tener consecuencias”. Ante la ausencia de controles anti-corrupción en el país, pues, OCM ve en la cobertura sobre corrupción una especie de servicio público que debe aprovecharse a favor del interés colectivo.

Otra consideración que surge ante el esfuerzo de generar este espacio de denuncia se relaciona con su producción. Este proceso apunta a aprovechar el insumo periodístico de forma ágil y eficiente, rescatando el elemento clave de la nota de prensa en un formato breve y uniforme, a fin de que la tarea imponga la menor cantidad posible de costos. Es interesante que los procedimientos, en el contexto descrito, han dado pie a una especie de dinámica editorial encaminada a sistematizar el trabajo, por un lado, y también a generar fichas de información y reportes que constituyan un sistema referencial accesible para un público amplio.

En el contexto de la descrita dinámica editorial se pueden mencionar dos retos principales: uno se relaciona con la necesidad de preservar el espíritu original de los reportes periodísticos, y el otro, con la posibilidad de explotar al máximo los recursos del blog como una herramienta de análisis. En el primer caso, por ejemplo, se ha resuelto emular uno de los valores clave de la producción periodística, evitando a toda costa el uso de adjetivos que reflejen la opinión del equipo de OCM. Al mismo tiempo, dado que se ha impuesto la condición de escribir reportes de 5 líneas, con una tolerancia máxima de 6, se enfrenta la dificultad de sintetizar en ese espacio los elementos que hacen de la nota periodística un informe sobre corrupción. Por ejemplo, una entrada de este 10 de octubre basada en un reporte de Mural encabezado ¿Dónde quedó la ‘lana’?, fue titulada por OCM como “Malversación de fondos en el Congreso de Jalisco”, decisión basada en el hecho de que el reporte de prensa indica que “Desde enero del 2009 los diputados locales dejaron de pagar al Servicio de Administración Tributaria (SAT) los impuestos de los casi 1,400 empleados” del Congreso. En otras palabras, aunque la nota no emplea el término “malversación”, se optó por realzar el aspecto más contundente de la nota, con el objetivo de hacerlo visible en un espacio limitado que dejaba poco margen para preservar el coloquialismo empleado por Mural. Si buscáramos condensar el criterio que por ahora vemos como directriz editorial este sería “llamarle a las cosas por su nombre”, evitando, sin embargo, la presencia de opiniones personales.

El segundo aspecto de la dinámica editorial que se ha manifestado hasta ahora como relevante tiene que ver, como ya se indicó, con la posibilidad de emplear la interfaz de un blog como herramienta de análisis. En este sentido, vemos que el sistema de “Etiquetas” de Blogger (el servicio que hospeda a OCM) opera como un mecanismo de filtrado de información a través del cual se genera un sistema de monitoreo de instituciones y sujetos que generan mayor cobertura periodística sobre temas de corrupción. Falta afinar el sistema para el uso de estas etiquetas, principalmente debido a que la diversidad de información tiene a generar una nube de palabras amplia que termina asemejándose a una larga lista de texto, lo cual provoca la pérdida de su funcionalidad. Por ahora se entretiene la posibilidad de limitar la lista a instituciones específicas y quizás a ramas de la administración pública, lo que significará sacar categorías temáticas como “Impunidad” y “Fraude”, o los nombres específicos de funcionarios. De cualquier forma, seguimos explorando ideas y opciones técnicas de usabilidad, a través de las cuales sea posible manipular la base de datos que vaya resultando de este proyecto.

Ocho días después de que inició este proyecto, la institución más visible en la columna de etiquetas es la del Congreso de Jalisco. Sabemos, por supuesto, que esta visibilidad carece de fundamento científico, y que en última instancia es el reflejo de los periódicos que hasta el momento han sido consultados por OCM, la mayoría de los cuales se producen en el estado. Aun así, la evidencia en la que están fundamentados esos reportes,  producidos por editores y reporteros profesionales, son suficiente para saber que los legisladores jaliscienses están traicionando nuestra confianza. Y eso, es inaceptable.

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